La planta, de acuerdo a la información digital, fue redescubierta por lo Médicos sin Fronteras entre 1974 y 1976. Existen documentos donde demuestran que en 1992 varios médicos quedaron varados en Malawi y sin tener qué darle de comer a la gente, le dieron hojas de moringa como alimento. Por eso es que le llaman el árbol de la vida, porque salvó a muchas personas de hambre en aquel momento.
La nutricionista Vivian Hess comenta, en un artículo publicado en la web, que para lograr los efectos deseados lo mantenerla en nuestra dieta con constancia: “Como es algo natural, hay que ser constante y eso es lo que las personas no quieren hacer. Quieren magia y la magia no existe”.
La nutricionista Vivian Hess comenta, en un artículo publicado en la web, que para lograr los efectos deseados lo mantenerla en nuestra dieta con constancia: “Como es algo natural, hay que ser constante y eso es lo que las personas no quieren hacer. Quieren magia y la magia no existe”.
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